Fotografía de alimentos: 9 trucos eficaces para que tus fotos salgan jugosas
¿Alguna vez has visto un cartel de comida y has pensado: Bueno, ¿me he equivocado de restaurante porque mis comidas no se parecen a eso?
Eso significa que el fotógrafo y los diseñadores hicieron un buen trabajo.
Ya sea con fines comerciales o simplemente para mejorar tu página de Instagram, la fotografía de alimentos tiene mucho de arte (y también mucho margen para sacarle provecho).
9 Trucos muy eficaces para fotografiar alimentos
1. Experimenta con múltiples ángulos

Al igual que ocurre con los retratos, los distintos ángulos tendrán otros efectos. Por desgracia, tu hamburguesa no posará para ti, así que tú eres el responsable de encontrar los ángulos que más la favorezcan.
No existe una fórmula para ello, así que lo mejor es experimentar. Mientras que algunos platos quedan mejor desde arriba (como la pizza), otros resultan más interesantes desde un lado (como las tortitas) o incluso en un ángulo de 45 grados (como un parfait de yogur).
2. Elige un punto focal y minimiza el desorden
Su imagen debe tener un protagonista claro. En otras palabras, los espectadores deben saber exactamente hacia dónde dirigir su atención.
En este sentido, no abarrotes tu composición con elementos innecesarios. La sencillez es la clave.
3. Aprovechar la iluminación natural
La iluminación natural (aparte de la luz solar directa) es el santo grial para cualquier fotógrafo. Es la forma más asequible de mejorar los colores y la resolución de tus imágenes.
Además de favorecer a tus modelos, hará que tu pan de ajo parezca el más guapo de la ciudad.
Ahora tiene sentido por qué tu amigo Instagrammer siempre pide una mesa junto a la ventana, ¿verdad?
4. Encontrar una composición llamativa

La composición es un término amplio que designa la disposición de las cosas en la toma. Una imagen bien compuesta atraerá la atención del espectador y contará una historia sencilla.
Una buena forma de conseguirlo es mediante la regla de los tercios. Es decir, divide el encuadre en una cuadrícula de nueve partes. A continuación, coloca el sujeto principal (el plato de sopa o la galleta) a lo largo de esas líneas o en sus intersecciones.
Utilizando colores, accesorios, líneas, texturas... y al igual que con cualquier forma de arte, cada uno de tus elementos debe tener un papel que desempeñar.
5. Piense detenidamente en el estilo

A diferencia de los humanos, la comida se derrite, se marchita y se desmorona. En otras palabras, no puedes hacer infinitos ajustes hasta que encuentres algo que te guste. Antes incluso de coger la comida, planifica lo que quieres conseguir (incluso redáctalo en un papel).
Ten en cuenta todos los elementos: colores, accesorios, texturas. Asegúrate de que tus accesorios contribuyen a la narración (y asegúrate de que están limpios).
6. Equilibrar la profundidad de campo y la velocidad de obturación
Si ya has fotografiado antes, conoces el poder de la profundidad de campo y la velocidad de obturación para resaltar un motivo. Puede que quieras desenfocar el fondo o llamar la atención sobre un detalle concreto (como una gota de miel).
Sin duda, jugar con el enfoque mejorará tus imágenes. Sin embargo, no debes arruinar la exposición.
Para obtener un resultado perfectamente iluminado (pero intenso), equilibra los cambios de profundidad con la velocidad de obturación.
7. Utilizar el espacio negativo

El vacío debe ser uno de tus principales puntales. Además de reducir el desorden, evita el zoom hasta el final.
Deje espacio negativo en la imagen para que el espectador respire.
8. Limitar los colores para simplificar la composición
Aunque los accesorios coloridos son divertidos, pueden robarle protagonismo a la comida. Cuando elijas el telón de fondo y los accesorios, da prioridad a los tonos neutros, como el gris, el marrón, el negro, el plateado y el blanco.
Sobre todo, opta por colores que contrasten con tu comida.
9. Utiliza líneas, capas y texturas para lograr la mejor composición

Que no puedas ponerle una falda a tu pizza no significa que debas prescindir de las capas y las texturas. Por ejemplo, una mesa de madera contará una historia diferente a la de un mostrador blanco o una toalla.
Hay muchas formas de hacer que tus imágenes sean más cautivadoras y no hay límites para tu creatividad.
2 Retos habituales de la fotografía de alimentos
1. Fotos borrosas
Mantener la cámara fija es más fácil de decir que de hacer, así que no es de extrañar que a veces las fotos salgan borrosas.
Para solucionarlo, considera la posibilidad de utilizar un trípode con mando a distancia. Si no tienes esos accesorios, puedes ajustar la configuración de tu cámara a tu conveniencia.
Intenta utilizar una velocidad de obturación más rápida (lo que requiere una apertura más amplia o una habitación con más luz), o aumenta tu ISO para no necesitar tanta luz (pero esto aumentará el ruido en tu imagen).
2. Los colores no son fieles a la realidad
Incluso con la iluminación y la composición perfectas, los colores pueden desviarse de la realidad. Tu plato puede tener tonos amarillos no deseados, o tu kiwi puede no parecer lo suficientemente verde. No temas. Puedes arreglar casi cualquier problema de color ajustando el balance de blancos.
En este sentido, te aconsejamos que dispares en formato RAW, ya que facilita la realización de estos ajustes en postproducción.

Más información. Conviértase en un mejor fotógrafo
Si te gusta la comida, come. Si quieres dedicarte a la fotografía de alimentos, necesitas algo más que eso.
Ante todo, conviértete en mejor fotógrafo.
Aprende a dominar el arte de la fotografía aquí.
¿Cómo fotografiar alimentos?
Planifica y haz un estilismo y una composición cuidadosos.
¿Qué objetivo debo utilizar para fotografiar alimentos?
Depende de lo que quieras conseguir. Una opción amplia es uno de 50 mm.
¿Es la fotografía de alimentos una buena carrera?
Sí.
¿Qué necesito para fotografiar alimentos?
Una cámara, comida, buena iluminación y creatividad.